El peso del asfalto cae sobre la ciudad,
la máquina no puede aguantar más.
Cerebros corroídos, cargados de ansiedad,
viven ajenos a la realidad.
El aire ennegrecido se impregna sin piedad
del odio que corrompe los sueños de libertad.
No podrás escapar de la maldad
de la trampa mortal.
Es tan difícil respirar
bajo su cielo de cristal.
El miedo te dominará,
no podrás dar un golpe más.
La rabia te carcome, no puedes soportar
al sistema que condena tu manera de pensar.
Por mucho que lo intentes, no podrás escapar.
Las garras de la bestia nunca te liberarán.
Las flores se marchitan
en medio de este mar de alquitrán.
Los náufragos deliran
buscando una salida.